La excesiva exposición al sol o a temperaturas elevadas hace que el cuerpo pierda gran cantidad de líquido y sales que no afecta a sólo a ciertos músculos sino a todo el organismo. Al calentarse la piel, esta enrojece y aumenta la transpiración. Se pueden sentir además dolor de cabeza, la vista nublada, un cansancio general y naúseas. Puede que no experiemente sensación de ser, porque la pérdida de sales y agua no llega a estimular lo centros de la sed del cerebro.
La insolación es un cuadro potencialmente grave que demanda atención inmedianta. Las medidas a seguir cuando se sospeche insolación son las siguientes:
- Refrescar su cuerpo con toallas húmedas y frías (renovarlas a medida que se calientan en contacto con el cuerpo)
- Darle de beber abundandte agua fresca